Cuando era joven, unas monjas africanas le hicieron despertar su espíritu crítico. A partir de ahí, comenzó el camino del que ya nunca saldría. Más tarde, tras conocer a una monja que se iba a las misiones, decidió irse a Madrid para iniciar su vida religiosa. Actualmente, otra de las cosas que le hace feliz, es compartir momentos bonitos con los más jóvenes y hacerles pasar un buen rato en sus campamentos; y no sólo con los jóvenes, también con los más pobres.
Gloria Betancor tiene como principales ideales la fraternidad y la dedicación a la misión. Por ello, le da las gracias a la comunidad dominica de Guía, donde fue muy feliz porque juntas lucharon y celebraron la misión.
Su principal ilusión es que los jóvenes reivindiquen sus sueños.
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